La participación directa de diputados procedentes de todo el continente sudamericano en la redacción y promulgación de la Constitución Española de 1812 tuvo una especial repercusión en el desarrollo del constitucionalismo en todo el mundo, y muy especialmente en el territorio hispanoamericano. Esto puede apreciarse por la creación en numerosos países de otros tantos textos constitucionales inmediatamente después a esta fecha.
Por este motivo, podemos afirmar que nuestra primera Carta Magna consolida los movimientos liberales iniciados tras la Guerra de Independencia norteamericana y la Revolución Francesa, al mismo tiempo que representa el ánimo de consenso en la búsqueda de las libertades del pueblo que caracteriza por excelencia al espíritu constitucional.
Desde esta sección, que se irá desarrollando paulatinamente, se podrá seguir la evolución de dicho espíritu constitucional mediante los textos originales surgidos desde 1812 en los diferentes países